domingo, 12 de abril de 2020

Para disminuir la obesidad y el sobrepeso infantil

EDUCACIÓN
Integrar de manera obligatoria clases de nutrición y buena conducta alimentaria en las escuelas.
Distribuir materiales audiovisuales sobre lo positivo de los buenos alimentos y lo dañino de los malos alimentos.

Kioskos Escolares
Hacer capacitación nutricional.
• Supervisar los alimentos.
Bebederos de agua que realmente funcionen.
Prohibir las máquinas dispensadoras de alimentos chatarra en escuelas.

SALUD
• Trabajar conlos Centros de Salud a Centros de Nutrición y Salud y tratar la PREVENCIÓN y educación.
Prohibir el uso de aceites hidrogenados en productos dirigidos a infantes.
Promover la construcción de viveros gigantes en municipios estratégicos, como centros recreativos y de educación sobre los beneficios en la salud de las plantas, frutas, semillas y verduras.
Crear un programa de cultura alimentaria.

DEPORTE
Mejorar las instalaciones deportivas en las escuelas públicas y en parques públicos.
• Hacer campañas en pro de la buena alimentación.
Promover fines de semana de deporte familiar en cada municipio.

Mejores cerebros, mejores estudiantes
El cerebro representa apenas el 2% del peso total del cuerpo humano, pero consume alrededor del 20% de la energía (nutrientes y oxígeno). El cerebro es una de las creaciones más fabulosas de la Naturaleza, y en el ser humano se encarga de procesar la gran mayoría de la información tanto interna como externa. Este órgano contiene más neuronas que estrellas en el Universo explorado, casi 100 billones de estas, cada una con alrededor de 10mil conexiones sinápticas. La gran mayoría de nuestras memorias (algunas se procesan también en las neuronas intestinales y en las del corazón) se almacenan y administran en este gran operador central, desde recuerdos de la época en que estábamos en el vientre materno, hasta experiencias de hace unos cuantos milisegundos.

Del buen funcionamiento de nuestro cerebro depende nuestra supervivencia y nuestra CALIDAD de vida. De nuestra salud mental depende que podamos agregar valor al mundo y desarrollar nuestro máximo potencial como seres humanos. Por ello es fundamental que sepamos cómo cuidar nuestro cerebro, nutrirlo y mantenerlo en óptimas condiciones. Hoy por hoy el número de padecimientos neurodegenerativos está al alza, como el Parkinson, el Alzheimer o la demencia senil, y a esto habría que sumarle trastornos como la bipolaridad, esquizofrenias, déficit de atención, infartos y tumores cerebrales.

Buenos nutrientes para el cerebro
Lo que contenga clorofila, como los germinados de trigo.
Lo que contenga antioxidantes, como los frutos secos, las frutillas rojas, el apio y el cacao.
Lo que contenga yodo, como el brócoli.
Lo que contenga ácido málico, como el vinagre de manzana.
Lo que contenga ácido fólico, como las espinacas.
Lo que contenga vitamina B5, como la avena.
Lo que contenga grasas saludables omega 3 y 6, como el aceite de coco, el aguacate, el aceite de oliva en frío o de linaza, el aceite de krill y las pepitas de calabaza o girasol.
Lo que contenga vitamina C, como guayaba, limón o naranja.
Lo que contenga selenio, como las nueces del Brasil.
Lo que contenga vitamina E, como nueces y almendras.
Lo que contenga resveratrol, como la piel de las uvas.
Lo que contenga vitamina K, como el brócoli.

Malos elementos para el cerebro
El azúcar procesada, la sal refinada, las grasas hidrogenadas, el exceso de carnes animales, el exceso de lácteos, las harinas industrializadas, el glutamato monosódico, el exceso de alcohol, el cigarro, las drogas y las medicinas consumidas de manera adictiva afectan las funciones del cerebro.

Otros enemigos del cerebro: el estrés y las emociones negativas, el aire contaminado de las ciudades industriales, la exposición a pesticidas y herbicidas, la pasta de dientes con flúor, el exceso de petroquímicos como ftalatos y parabenos contenidos en maquillajes, champús, acondicionadores, tintes y geles del cabello.

Importancia del sueño para el cerebro y cómo aprovecharlo al máximo: dormir bien sirve para enfriar el cerebro y permitirle descansar, incluso para activar mecanismos de acomodo de memorias y neurogénesis. Se recomienda dormir unas 7-8 horas en adultos, 8-9 horas en jóvenes y 9-10 horas en niños, así como tomar una breve siesta de unos 15-20 minutos durante el día.

Algunas recomendaciones para dormir de la manera más profunda posible son:
Dormir en total oscuridad.
Dormir en un espacio en total silencio.
Dormir sin aparatos prendidos alrededor (incluido el módem que normalmente se queda prendido durante las noches).
Cenar ligero al menos 2 horas antes de ir a la cama.
Haber dejado de usar el celular o aparatos que emitan luz, al menos 1 hora antes de ir a la cama.
Estar en paz a la hora de dormir.
Haber tomado suficiente agua durante el día.

Muchos estudios indican que la meditación es una práctica extraordinaria para dormir bien pero también para mantener el cerebro en óptimas condiciones, ya que ayuda a calmar a la persona, amplifica el poder de las zonas cerebrales de la conciencia y reduce las del miedo, regula el sistema inmunológico, activa la neurogénesis, aumenta el optimismo y reconecta a la persona con su lado más humano y espiritual.


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